viernes, 1 de noviembre de 2013

Los primeros años...


La edificación del fuerte, constituida de forma estrellada, tenía cuatro baluartes o bastiones orientados según los cuatro puntos cardinales. El muro del fuerte tenía cerca de cuatro metros de altura, por cuatro metros de espesor. Estaba rodeado de un foso de cinco metros de ancho por otro tanto de profundidad. Dentro del fuerte se erigieron los edificios de la Comandancia, del cuerpo de guardia y tropa, polvorines, cuarteles, y en el centro un mangrullo.
Alrededor del fuerte se levantaban las viviendas de los oficiales y las de expedicionarios que comenzaron a establecerse en el lugar. Todos los edificios estaban construidos de una forma rudimentaria y carecían de las más elementales comodidades.

La ubicación del fuerte fue elegida por el Ingeniero Parchape, entre otras cosas, por su cercanía a un puerto. El fuerte ocupaba, las cuatro manzanas comprendidas hoy entre las calles Estomba, O'Higgins, Brown - Vieytes y Moreno.

Los primeros años del fuerte significaron una dura etapa para la consolidación de esta incipiente población, pues tuvo que sortear diferentes situaciones que hicieron trastabillar su permanencia.
El fuerte fue atacado por los malones de indígenas varias veces, la más notablemente el 19 de mayo de 1859, último ataque al fuerte, con aproximadamente 3.000 indígenas.

La Legión Agrícola Militar llegó en 1856. Fundó y se instaóa en la Colonia Nueva Roma, el primer emplazamiento de inmigrantes con sus familias bajo la tutela de la fortaleza. Este grupo contribuyó a la consolidación del futuro poblado desafiando a los malones y al aislamiento de los principales centros provinciales.
 
A partir de las Campañas al Desierto, las amenazas indígenas, terminaron cediendo, y con ello se dieron las condiciones para el despegue socio-económico de Bahía Blanca.
Crecimiento: de fuerte a poblado

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